Ondas javiersolistas
febrero 13, 2016 § 1 comentario
El sonido de un cataclismo cósmico ocurrido hace billones de años es lo que, en estos nuestros días, recién se ha escuchado. Hace cien años Albert Einstein formuló y predijo la existencia de ondas gravitacionales producto de, por ejemplo, fenómenos como aquél, la colisión de dos hoyos negros. Las ondas por fin se hicieron oír; se han visto a través del sonido.
Hay un bienvenida coincidencia en el universo javiersolista con tales acontecimientos físicos: hace cincuenta años Javier Solís grabó un cataclismo. Parida en 1963 por el maestro Esteban Taronji, “Cataclismo” se reprodujo en voz de Solís un par de años después (y fue incluída en el disco Payaso). Del trío —cantada por Felipe Rodríguez y Los Antares— paso al mariachi; de Puerto Rico llegó a México.
Así como los físicos preguntaron a las estrellas, Solís también lo hace y le pregunta a la distancia. Su eco llega hasta nosotros y seguramente hasta su dios. Desesperado, imagina Solís la reacción de partidas y desencuentros. Vemos el tormento, la necesidad de cantar ese particular bolero: Solís no copia ni emula, tan sólo quiere cantar para oír ese cataclismo. La letra, como las fórmulas del físico, es apenas la mitad del camino, resta la comprobación, y Solís se encarga de ello. En su interpretación retrotrae la ficción de Taronji, el respetable se convierte en testigo y, al fin, oye todo lo visto e imaginado por el intérprete. Un delirio, un desastre vuelto ordenada y puntual música. Como si el Universo nos cantara*.
Canción de la Semana 09
marzo 30, 2006 § Deja un comentario
Pedro Flores (1894-1979) hace su aparición en la SOLISMANÍA con este bello poema-sueño hecho canción, “Bajo un palmar”. Fue contemporáneo de Rafael Hernández y juntos hicieron una dupla de antología en la constelación de compositores, no sólo boricuas sino del mundo entero, oh sí. Javier Solís, como ya comentamos, grabó aquél disco Homenaje a Pedro Flores y Rafael Hernández que quedaría inconcluso pero que así saldría al mercado. Un discazo.
Entonces, les digo, como seguimos recibiendo a la primavera, después de haber esuchado “Moliendo café”, una buena continuación es este bolero caribeño, ¿a poco no? Espero que sí. Lo escuché por vez primera en voz de Danny Rivera, otro boricua de talento bárbaro, y ya después me topé con la versión de Javier. El mariachi, si me dejan acotar, es el que ayuda a Javier y logra así una versión muy propia y, claro, muy buena.
El relato del sueño es realmente alegre y vivaz. ¡Qué va!, grita después de los primeros versos, y con razón, la canción es festiva, es pues un lindo sueño feliz. Y vaya forma de rematar ese feliz final. Se entiende y se siente. Aquí la letra:
Bajo un palmar (Pedro Flores)
Yo tuve un sueño feliz
quise hacerlo una canción
y mi guitarra cogí,
puse todo el corazón
concentré pensando en ti,
volaron las palomas del milagro
y escucha dulce bien lo que escribí:Era una playa de mi tierra tan querida
a la orilla del mar…
Era que allí estaba celebrándose un cita
debajo de un palmar…
Era que estabas preciosa con el color de rosa
de tu traje sencillo y sin igual…
Era que eras novia mía y que yo te sentía
nerviosa entre mis brazos suspirar…
Era que todo fue un sueño
pero logré mi empeño porque te pude besar.Sueño de amor, sueño feliz
Sueño de amor, ¡sueño feliz!
Qué lindo es lo bonito, verda’ de Dios. Otros intérpretes más ha tenido dicha canción, yo me quedo con Solís y con Rivera; con trío suena bien, que ni qué, pero con mariachi, ya les digo, adquiere otro sabor. De Pedro Flores hay por supuesto más canciones en voz de Solís, estén pendientes. Mientras, ya saben, por aquí nos vemos y leemos. ¡Qué va!
Canción de la semana 05
marzo 3, 2006 § 3 comentarios
“Perfume de gardenia” del Jibarito Rafael Hernández (1892-1965). La canción es un bolero consagrado gracias a la interpretación de artistas como Ibrahím Ferrer, la Sonora Matancera (en voz de Bienvenido Granda), Los Panchos, la Sonora Santanera y, claro, el buen Javier Solís. Un rolón, selectos lectores, que data de 1935 y que desde entonces embruja a todo aquél que respira ese mágico olor de gardenia.
La canción es parte de aquél disco (disponible en cedé), Homenaje inconcluso a Rafael Hernández y Pedro Flores que grabara Javier en sus últimos años de carrera (lo de inconcluso, se entiende, es por la muerte sorpresiva de Javier, dejando así el material final sin terminar de grabar). Homenaje merecidísimo, por supuesto, y que fue llevado a cabo con creces por Javier. Rafael Hernández es autor también de clásicos como “Preciosa”, “Silencio” y, la primera canción de protesta en América, “Lamento borincano”, entre muchas otras más (que esperen tener más adelante en esta bitácora, en la voz de Javier por supuesto). “Perfume de gardenia” es particularmente conocida en México gracias a la Sonora Santanera que le dió un toque muy especial a la canción, pero, lo dicho, desde 1935 sale a la luz y desde entonces no deja de ser delicia de intérpretes y de amantes del bolero en sus distintas versiones. Para su versión bolero-ranchera nada como la voz de Javier, ¡qué va!
Perfume de gardenia (Rafael Hernández)
Perfume de gardenia tiene tu boca,
bellísimos destellos de luz en tu mirar;
Tu risa es una rima de alegres notas,
se mueven tus cabellos cual ondas en el mar.Tu cuerpo es una copia de Venus de Citeres
que envidian las mujeres cuando te ven pasar.
Y llevas en tu alma la virginal pureza,
por eso es tu belleza de un místico candor.Perfume de gardenia tiene tu boca,
perfume de gardenia… perfume del amor.
Tomemos en cuenta, a manera de anécdota, que esta canción es de los primeros boleros que rompen esquemas con lo que hasta la fecha (de su registro) se venía haciendo: hace mención ya del cuerpo y no sólo de la boca como motivo de amor y pasión. Estamos en los treintas y el bolero apenas va instalándose y ocupando terreno en el gusto musical; sus temas también irán reflejando ese crecimiento y madurez. Vendrán pues, más adelante, aquellos boleros (e intérpretes) que se ocuparían de hacer del género uno con distintos matices y entonaciones. La voz de Solís fue protagonista de este crecimiento y madurez del género, y para muestra éste otro botón (de nácar, recuerden).
Por aquí nos vemos y leemos, ¡qué va!
Canción de la Semana 02
febrero 9, 2006 § 1 comentario
Hela aquí, selectos lectores, la semana 02 y su laureada canción: “Cataclismo” (Esteban Taronji, 1963). ¿Así o más directo el golpe? Desde el título es ya una anunciación de lo que la letra será: un estremecimiento, trastorno y alteración al momento del desprendimiento/alejamiento de la persona objeto del deseo (¿y del amor?). Una duda enorme media en la relación; una inseguridad sobre el sentimiento, inclusive. Si bien puede ser la canción típica de desamor o cosa relacionada, es la voz de Solís y la letra la que la hacen, a mi parecer, una muy diferente a aquellas canciones de «pégame pero no me dejes».
Solís de nueva cuenta muestra con su voz el alma de un enamorado atormentado, de aquél que vive entre sombras. La canción es de la última etapa de Javier, ya cuando se había consagrado como rey del bolero ranchero. Es, pues, un ejemplo perfecto del por qué Solís es lo que es. Hace un par de semanas (y un poco más) me vino de nueva cuenta a la mente dicha canción al verla citada por un participante en un foro de jóvenes al ponerla como ejemplo perfecto de canción triste-depresiva y excelsa. Claro, tiene magia la canción, ya lo digo, no es la típica canción triste para cortarse las venas pues no es claro si el protagonista está ya abandonado o a punto del abandono. Parece más bien la canción de un amante a su amada que está al borde de la muerte o bien el amante que hace patente su pasión y se imagina en la cumbre de ésta al situarse, a su vez, en un escenario donde no hay más que, eso, un cataclismo. Es bárbara. Solís cumple la tarea e interpreta tal situación con su voz. Más no se puede pedir, tan sólo escuchar y aplaudir.
Cataclismo (Esteban Taronji)
¿Qué pasará si tú me dejas?
¿Qué pasará si tú me olvidas?
Le he preguntado a las estrellas,
a la luna y al mismo sol.
¿Qué pasará si andando el tiempo,
de mí te cansas y te alejas?
Le he preguntado a la distancia,
a ver si el eco llega hasta Dios.
*Desesperado, presintiendo tu partida,
me imagino que te has ido para ver la reacción
que sufriremos cuando estemos separados,
y tú pienses en mis besos
y yo añore tu calor.
Fue la visión de este delirio
todo un desastre de locuras,
¡como si el mundo se estrellara,
un cataclismo para los dos!
(*se repite)
Por aquí nos vemos y leemos. ¡Qué va!