En esta tarde gris
enero 31, 2006 § 1 comentario
Ayer la tarde no era gris, pero así la sentí. Quizá es el invierno o el frío que la vuelve gris. O uno mismo. Total; Javier Solís tenía algo que cantar y así se lo pedí. Ya verán, escucharán, ustedes, contados y apreciados lectores (es decir, selectos), lo que me soltó el buen Solís. Claro, si por algo es el Señor de Sombras… caminando en la negrura del acetato.
Qué ganas de llorar en esta tarde gris… Por decir lo mejor. Las ganas apenas pueden llamarse así. En esta soledad no puede más el alma mía. Solís lo sabía, y así lo cantaba, lo gritaba cantando e implorando. Él no sentía las canciones: las vivía. Es un tango, señores, un tango, carajo. Y es Solís. Sólo lo he escuchado con él, pero , ya se imaginaran, fue grabado por otros más (e.g., Libertad Lamarque). De la grabación de Solís se omitió (vaya usted a saber por qué) esta parte de la letra:
«No supe comprender
tu desesperación
y alegre me alejé
en alas de otro amor.
Qué solo y triste me encontré
cuando me vi tan lejos
y mi engaño comprobé.
Mis ojos al cerrar
te ven igual que ayer
temblando al implorar
de nuevo mi querer
y hoy es tu voz que sangra en mí
en esta tarde gris.»
Ven, pues te quiero tanto, que si no vienes hoy, voy a quedar ahogado en llanto… Sí, uno se vuelve gris, ¡ven!… “En esta tarde gris”, de José M. Contursi (letra) y Mariano Mores (música).
Por aquí nos vemos y leemos. ¡Qué va!
PS. Ven, que te quiero tanto.
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