Ellos son aquellos: encuentros entre Raphael y Javier Solís
agosto 8, 2025 § Deja un comentario

Doce años mayor que el español, Javier Solís ya no alcanzó a saber del éxito que le esperaba al aún veinteañero Raphael a partir de 1967, año de su primera gira por el continente americano y, en particular, de su debut en El Patio mexicano. Su voz, sin embargo, sí que habrá sido escuchada por Javier con al menos dos canciones que él mismo también, después, llegara a grabar.
Aunque nunca editadas en discos de larga duración, Raphael grabó dos temas conocidos a la postre en el cancionero javiersolista: “A pesar de todo” (una balada a ritmo de swing concebida por Antonio Guijarro y música de José Torregrosa) y “Cuando calienta el sol” (de Rafael Gastón Pérez, atribuida y éxito primero de los cubanos hermanos Rigual). La primera fue premiada en 1962 en el Festival de Benidorm —obtuvo el 5º premio— y la segunda fue parte de su cuarto acetato de sencillos y primero del año 1963. Con Solís ambas canciones vieron poco después su edición; primero, la de Guijarro y Torregrosa, en el disco Romance de 1964, y la segunda en el de Sombras de 1965, con, hay que decirlo, la letra original, pues, producto acaso de la censura franquista, Raphael tuvo que reemplazar “siento tu cuerpo vibrar cerca de mí” por un “sólo me faltas tú cerca de mí”, y el éxtasis de “son tus besos, me estremezco, oh-oh-oh” con un cándido “te recuerdo, mi cariño, oh-oh-oh”.
Otras dos canciones de Raphael quizá estuvieron a la par de las versiones javiersolistas en cuanto a periodo de grabación se refiere, o bien las siguieron. El primer elepé de Raphael (1965) incluyó, entre otras canciones, “Et maintenant” (de Gilbert Becaud y Pierre Delanoe) y “Perdóname, mi vida” (de Gabriel Ruiz y José Antonio Zorrilla). La primera fue interpretada, aun su título, en español, con la misma letra con la que Javier Solís la grabara y que incluyera con título “Por qué me dejas” en su disco Payaso (1965). La segunda salió al mercado con Solís en un disco póstumo Sin mañana ni ayer (1969), pero ya antes, en 1964, había sido interpretada para el cine en la película Aventura al centro de la Tierra, en la que Javier (se) la canta a capela (a Columba Domínguez) en las grutas de Cacahuamilpa. También, dicho sea, esa canción forma parte de las pocas documentadas en video con Javier Solís interpretándola en vivo en televisión, es decir que aun no hubiera sido editada en elepé, la canción ya era conocida con Javier Solís en vida y en vivo.
En 1966 Raphael grabó “Noche de ronda”, y fue incluida en su disco Al ponerse el sol (1967; banda sonora de su segunda película). Javier Solís lo había hecho en 1960 para ese disco con el que de alguna manera inauguró su gran ciclo lariano, Lara-Grever-Baena. Raphael, por su parte, no volvió a Lara sino hasta 1976, en su disco Raphael canta… en el que interpreta “Solamente una vez”, y también otras que alimentaron el cancionero javiersolista: “Ansiedad” (J. E. Sarabia) y “Perfidia” (A. Domínguez).
En 2010 Raphael graba un disco homenaje al tango, el bolero y las rancheras: Te llevo en el corazón. “En esta tarde gris” es el tango conocido por Solís; “Tres palabras”, “Voy”, y “Angelitos negros”, los boleros; y “La media vuelta”, “Amanecí en tus brazos”, “Si Dios me quita la vida” (interpretada con trío) y “Luz de luna”, las rancheras.
La canción de Becaud recién llegó a ser revisitada por Raphael para su disco Ayer… aún (2024), en el que ahora sí la incluye con título en español “Por qué me dejas” (y con añadidos en la letra).
Hay otra canción que ambos cantantes grabaron; para Javier, en 1961, fue uno de sus grandes éxitos y para Raphael, en 1968, el antecedente en nombre de uno: “Escándalo” de Rubén Fuentes. Con Raphael no volvió a editarse esa grabación, sólo se la incluye en ese acetato de cuatro sencillos, junto con “Huapango torero” (de mayor éxito), “Hava Naguila” y “La primera piedra”. El “Escándalo” de Willy Chirino fue, ese sí, gran éxito en 1992 para Raphael; el de Rubén Fuentes fue más bien parte de las primicias de Raphael en México, pues junto con el “Huapango torero” fueron sus primeras grabaciones en suelo mexicano.
Veinticinco años tenía Raphael y treinta Javier Solís cuando sus respectivos escándalos mexicanos fueron grabados; poca diferencia, si no es que ninguna: Raphael supo muy bien de sus encuentros con Javier: diecisiete canciones en las que en mayor o menor grado se hacen ecos uno del otro, pero en las que cada cual logra lo único que desde siempre los caracterizó. Aquí la lista en Spotify, con la licencia de reemplazar el Escándalo de Fuentes con el de Chirino, dada la ausencia de aquel en esa plataforma.
Mas aquí el Escándalo de Raphael de 1968 en YouTube.
El trato y retrato de un marco
enero 28, 2025 § 1 comentario
De Javier se ha dicho que su ausencia dio paso a la presencia por fin de cantantes como Vicente Fernández; no tanto, sin embargo, de otros como Marco Antonio Muñiz. Él mismo lo cuenta en su recién publicada biografía Por amor (Ed. Misión, 2024).
A Muñiz le ofrecieron dos películas tras la negativa de Javier: Dos gallos y dos gallinas (1963) y Los apuros de dos gallos (1963), ambas dirigidas por Emilio Gómez Muriel y coprotagonizadas con Miguel Aceves Mejía. Aquellos fueron en gran medida los inicios de la carrera actoral de Marco Antonio Muñiz, quien un año antes había participado —solo con su piano— en la película La bandida (interpretando el tema ad hoc “Llegando a ti” de José Alfredo). En 1964 Muñiz y Solís compartirían pantalla grande en la película El pecador (Baledón, 1964), donde en realidad nunca salieron a cuadro en la misma escena, nadie canto la canción “El pecador”, y ni siquiera cantaron a dúo una gran versión de “Llegando a ti”: todo se hizo por separado.
Marco Antonio cuenta en Por amor que en su percepción sí había un cierto celo de Solís por el ascenso —valga anotar que el solista Muñiz inició tal carrera después que Solís— del tapatío. Dice Marco Antonio: «Desde que comenzamos a alternar escenario en el Teatro Blanquita, en algún momento que ocupé el mismo lugar que él en términos de importancia, pidió que me movieran más abajo, pues si no, amenazaba con irse del teatro.» Cuenta Marco también que el único lugar donde cantaron juntos fue en el programa de televisión El Yate del Prado, conducido por Lucho Gatica y Paco Malgesto.
La más o menos cercana relación de ambos cantantes se dio entonces entre 1962 y 1965, años en los que, por un lado, el de Tacubaya terminaría por cincelar su carrera artística y, por otro, el de Jalisco comenzaría a forjar su lugar «como uno de los intérpretes más completos e importantes de Latinoamérica» (Gilberto Santa Rosa dixit). La competencia era algo más que carreras solistas paralelas: eran las canciones mismas las que se disputaban las interpretaciones y, claro, el gusto del público. Por ejemplo, el primer disco solista (en 1962) de Marco Antonio incluyó “Luz y sombra” y “Escándalo”, ambas de Rubén Fuentes, grabadas un año antes en el noveno LP de Javier Solís; después, en el segundo disco de Muñiz se incluyó “Adelante” (Mario de Jesús), tema que también pasaría por la voz de Solís en un disco de 1962, El peor de los caminos. Ya con estas tres canciones se tuvo tela para poner a competir a ese par, y lo hicieron en escenarios como el Blanquita, donde Muñiz cantó hasta el hartazgo “Luz y sombra” y Solís, seguramente, remataba con su rúbrica exclamación «¡qué va!» su interpretación de “Escándalo” (asunto que, la exclamación, para algunos es referencia primera en esa canción, pues por los años de edición en LP se pensaría que fue ahí donde por primera vez Solís soltó a media canción un ¡qué va!).
El tercer disco de larga duración de Muñiz, Incontenible (1963), siguió con coincidencias de temas javiersolistas: por ejemplo, “A pesar de todo” y “Mentira, mentira”, donde esta había sido parte del quinto elepé de Solís en 1959 y aquella, un tema de Antonio Guijarro y José Torregosa, se le incluyera en el disco Romance (de 1964). Del cuarto disco de Muñiz, Seguiré mi viaje, se desprendió “El pecador”, tema que a Solís se le incluyera en su disco póstumo Rancheras con Javier Solís. Antes de Sigue de frente, Muñiz grabó el disco 12 maneras diferentes de decir te amo, donde sobresale “Si Dios me quita la vida” (Luis Demetrio), tema que formara parte en el mismo 1965 del mítico disco javiersolista Sombras. Del disco El despertar (1965) de Muñiz, un tema, “Te amaré toda la vida”, vuelve a ser incluido también en el cancionero javiersolista a través del disco (otra vez) póstumo Vida de bohemio; en ese disco de Marco Antonio, por cierto, hay una curiosidad: el tema del francés Gilbert Becaud “Et maintenat” presenta una de las dos versiones en español que en su momento se le hicieran, y ambas sí con Muñiz y Solís: “Y ahora qué” (la de Solís se tituló “Por qué te vas”, incluida en el disco Payaso [1965], y con ese título y versión se grabó en español por el mismo Bécaud y por otros como Raphael).
Competencia de canciones. He ahí el pique y celo de Solís, él que con su oído bárbaro sabía identificar dónde y cómo su voz vestía mejor las creaciones de los compositores. Una, acertada y curiosamente, ejemplifica tal celo de Javier: “Esclavo y amo” de José Vaca Flores.
Es 1961 y Marco Antonio Muñiz ya está comenzando a ser oído como solista y grabando sencillos (que en 1962, como se indicó arriba, se editarían en su primer disco de larga duración) en su casa RCA, mientras que Solís, en la Columbia, grababa también algunos a la par, y estaba, sí, atento a lo que grabara el naciente solista Marco Antonio con su acompañamiento de orquesta, pues, oído al fin, sabía lo que un acompañamiento de mariachi podía darle a ciertas canciones. El joven José Vaca Flores, empleado ya de la compañía Columbia, le da a oír primero el tema de marras a Humberto Sandoval (del Dueto Tapatío), quien le hace ver que esa canción era para Javier Solís: pues sí, la hice pensando en Javier Solís, respondió el compositor. En una reunión posterior el mismo Humberto, avispado, va y le dice a Javier: «oye, Javier, ¿ya oíste la nueva grabación que hizo Marco Antonio Muñiz?» ¿Cuál? ¿Cómo se llama? ¿Quién es el compositor? Javier Solís encara días después a Vaca Flores por andar dando temas a la competencia, y le pide que le presente la canción en cuestión. Acto seguido Solís le dice a su productor «Felipe, quiero grabar urgentemente una canción». Valdés Leal, una vez grabada, decide lanzarla al mercado como lado B de un disco sencillo junto con “El loco” (de Víctor Cordero; tema que, por cierto, el mismo Solís le pidiera al compositor que fuera exclusiva de él). “El loco” fue, como se esperaba, un éxito inmediato; “Esclavo y amo” tuvo que esperar un poco y a ser pedida primero en lugares como NY para entonces regresar a México a ser una joya más del cancionero popular. Ambas se acompañaron con el Mariachi Nacional de Arcadio Diaz; “El loco” con arreglo de Rafael Carrión y “Esclavo y amo”, con uno de Fernando Z. Maldonado.
Si hay ausencias que triunfan, dijera aquel, la presencia de Marco Antonio en la carrera de Javier, y viceversa, dio triunfos también. Las canciones fueron las principales ganadoras.
Dos apuntes finales: i) “Esclavo y amo” no la grabaría Marco Antonio sino hasta pasados treinta años, en 1991, cuando el tapatío grabara su homenaje a dos ídolos, Pedro Infante y Javier Solís; ii) confirmado por el compositor Vaca Flores, a quien el mismo Javier se lo aclarara, el grito ¡qué va! se grabó por vez primera en “Esclavo y amo”, ese fue su marco, y qué marco.~
Ondas javiersolistas
febrero 13, 2016 § 1 comentario
El sonido de un cataclismo cósmico ocurrido hace billones de años es lo que, en estos nuestros días, recién se ha escuchado. Hace cien años Albert Einstein formuló y predijo la existencia de ondas gravitacionales producto de, por ejemplo, fenómenos como aquél, la colisión de dos hoyos negros. Las ondas por fin se hicieron oír; se han visto a través del sonido.
Hay un bienvenida coincidencia en el universo javiersolista con tales acontecimientos físicos: hace cincuenta años Javier Solís grabó un cataclismo. Parida en 1963 por el maestro Esteban Taronji, “Cataclismo” se reprodujo en voz de Solís un par de años después (y fue incluída en el disco Payaso). Del trío —cantada por Felipe Rodríguez y Los Antares— paso al mariachi; de Puerto Rico llegó a México.
Así como los físicos preguntaron a las estrellas, Solís también lo hace y le pregunta a la distancia. Su eco llega hasta nosotros y seguramente hasta su dios. Desesperado, imagina Solís la reacción de partidas y desencuentros. Vemos el tormento, la necesidad de cantar ese particular bolero: Solís no copia ni emula, tan sólo quiere cantar para oír ese cataclismo. La letra, como las fórmulas del físico, es apenas la mitad del camino, resta la comprobación, y Solís se encarga de ello. En su interpretación retrotrae la ficción de Taronji, el respetable se convierte en testigo y, al fin, oye todo lo visto e imaginado por el intérprete. Un delirio, un desastre vuelto ordenada y puntual música. Como si el Universo nos cantara*.
Italianissimo Solíss
febrero 21, 2015 § Deja un comentario
«La típica canción italiana moderna de hoy», dijo Paul Anka al interpretar “Ogni volta” en el Waldorf Astoria en 1964 —el mismo año en que la cantó en el festival de San Remo y por la que ganó un disco de oro por el millón de copias vendidas (en Italia). La letra es de Carlo Rossi y la música de Roby Ferrante, quien la intepretó también en San Remo. La versión más conocida, pues, fue la del cantante extranjero, el joven invitado Anka.
Al poco tiempo sonó “Ogni volta” en español. El intérprete no fue ninguno de los jovenes en boga de aquel entonces, émulos de Anka y compañía, sea César Costa, Enrique Guzmán o Alberto Vázquez, qué va, sino un joven señor de la canción: Javier Solís.
Aquella versión de Anka no era cosa fácil (sobre todo si se la escucha en ese disco en vivo en el Waldorf): los arreglos son extraordinarios: pop sesentero de muy buena maquila, amén de italianissimos. La voz, también, tenía lo suyo, no por nada superó la versión de Ferrante. ¿Qué hubiera sido si Ferrante y Rossi hubieran invitado a otro cantante extranjero para el festival? ¿Qué tal Solís?
También la versión de Solís supera a la de Ferrante; también hubiera sido disco de oro. Frente a la de Anka, hay que decirlo, hay una bienvenida combinación de registros: la modernidad de la canción original y el toque clásico del ya encumbrado Solís. Frescura total y única.
Editada en aquél LP mítico de Sombras, “Cada vez” volvió a incluirse en el repertorio javiersolista en el reciente A 40 años… me recordarás. La diferencia entre ambas ediciones, por cierto, es curiosa: en la primera hay un tercer autor, Al Stillman; en la segunda, sólo Rossi y Ferrante. Como fuere, los arreglos con el mariachi están en su punto; ¡qué va!, soltó un Solís seguramente gozoso en la grabación, haciendo de las suyas junto con los violines. La inclusión en los éxitos lleva razón de ser, toda vez que es una canción con un perfil auténtico: tanto, que dio de sí para subsecuentes grabaciones… con acordeón, verbigracia, Los Rieleros del Norte o, años antes, Eliseo Robles y sus Bárbaros del Norte. Lo dicho, “Cada vez” resultó ser el lado más italiano de Solís (y vaya que hay de dónde escoger). Digan, caros lectores, si no. Che bel Solís!
Envidia de la buena
julio 3, 2014 § Deja un comentario
Algo tendríamos que hacer en México con tanta envidida de la buena. ¿Exportarla, certificarla? Mejor escucharla.
Un bolero moruno, se etiquetaría, este de Mario de Jesús: “Que se mueran de envidia”. Solís lo graba para el disco El peor de los caminos, donde también se incluiría otro tema del compositor dominicano, “Adelante”. (Un disco por cierto potente, de campeonato.) Si bien “Que se mueran de envidia” no alcanza la popularidad de “Y” o “Adelante”, la composición de Mario de Jesús se acopla igual de bien a la voz de Solís. Escuchémosla:
El trabajo vocal es envidiable. El estribillo remata con una vuelta de hoja a aquellos primeros versos morunos: más que hablarle a la pareja, se quiere que esta sea la que hable (y grite); se saca lo ranchero, donde lo haya.
Que se mueran de envidia (Mario de Jesús)
Que se mueran de envidia toditos,
que critiquen la forma de amarnos,
que este amor tan sincero y bonito
no lo rompe nadie así por así.
Que se mueran de envidia y de celos
los que nunca han amado de veras
que este amor que es la gloria del cielo
no lo vive nadie, verdad que es así.
Dilo tú, dilo tú,
grita fuerte lo mucho que me amas,
que se enteren que no hablo mentira;
dilo tú, dilo tú,
que se llena tu pecho de orgullo
al sentir que mi amor es tan tuyo.
Es la tercera vez de Mario de Jesús en este espacio. Solís, por supuesto, siempre ha sido la mejor excusa, pero hoy es otro cantante quien brinda una excelente oportunidad para hablar del dominicano y del mexicano: el boricua Frankie Ruiz, el papá de la salsa.
En el homenaje a Rafael Cortijo, 1982, la Primerísima de Puerto Rico, orquesta de Tommy Olivencia, tiene como primera voz a Frankie Ruiz, quien se despacha bonito y sabroso con este “Que se mueran de envidia”, con todo y guiño mexicano:
Así es como los grandes importan y exportan envidia de la muy buena. De República Dominicana a México, de México a Puerto Rico. Certificado. ¡Qué va, qué envidia envidiable!~
Como antes del después
febrero 28, 2014 § 2 comentarios
En la búsqueda de canciones mundiales, es decir, aquellas que han sido interpretadas en distintos idiomas (y a veces hasta en registros totalmente diferentes), uno puede incluir a “Come prima” (M. Panzeri, S. Tascanni, V. Di Paola, 1958). Y a Javier Solís en sus intépretes.
La balada lo es de principio a fin, pareciera que no da lugar a reinterpretaciones; sin embargo, Solís encuentra una: un bolero vuelto balada. El mariachi casi ni se percibe; la balada original, también. La voz de Solís domeña al pop italiano y nos hace creer que estamos ante un bolero. Cuando nos damos cuenta del engaño, al final de la canción, ya Solís fue y vino: nosotros apenas vamos. Escuchamos pues otro cover de Solís: “Como antes”.
Equivoqué la cuenta: son más de once las canciones que Solís versionó al español. Al toparme con “Como antes” volví al cancionero javiersolista y enlisté también las siguientes: “Al chiar di luna porto fortuna”, “Bon voyage”, “Tu si na cosa grande per me” y “L’edera”. Quihubo. Bien se puede decir que este ramillete en su conjunto da cuenta de la vanguardia de Solís; los baladistas apenas estaban por cimbrar la escena y ya él la calaba a pura voz. “Como antes” advierte por dónde pudo haber ido Javier: como Pedro por su casa (y no precisamente infante).
Todavía más, ni siquiera las versiones de un Mario Lanza o Roberto Alagna alcanzan la precisión de Javier. Y es que el suelo de “Come prima” es muy parejo: «dulcemente te diré:/ como antes, más que antes, te amaré». Así de fácil. En su momento, con un par de versiones en italiano, estuvo en listas de popularidad del Reino Unido. Nada raro, la sencillez es bienvenida e incluso pegajosa. La interpretación de Marino Marini es notable.
Con “Como antes” es un después este Solís. Aun sin estar seguros de la fecha de grabación (gracias, Sony México, por mantener el caos del repertorio), escuchamos una voz ágil mas no liviana, pues hay un esmero en cada frase: Solís pesa al centavo: “Como antes” vale su peso en oro. Escúchenla, selectos lectores, y verán cómo no le hace falta nada. Hasta ahora, según mis cuentas, está editada solamente en Mis 30 mejores canciones (Sony, 1998).
Una noche como esta de aquellas
febrero 16, 2014 § 3 comentarios
Una decena y pilón es lo que Solís se echó a la bolsa en cuanto a covers se refiere. Once versiones de canciones en lengua extranjera cantadas (por primera vez) en español y, la mayoría, con el acompañamiento del mariachi. Además del italiano, las canciones originales fueron en francés (“Et maintenant” y “Plus je t’entends”), portugués (“Ninguém me ama”) e inglés (“Maria” y “Night and Day”). Acaso por su ‘familiaridad’, el italiano es lo que más cantó Solís en español; en este espacio hemos hablado ya de “Il mondo”, “Al di la” y “Dio, como ti amo”, restan “Ogni volta” y “Ho capito che ti amo”: hoy toca el turno de “Una notte così”.
Gracias a la comunicación de un atento lector, Miguel Duarte, es que llego a este tema que, me cuenta, “tiene un tono como de Disney” y “nunca lo ponen en ningún lado”. Lleva razón. Con un intermedio de trompetas, Solís suelta hasta su ¡qué va!, y sin duda la pasa tremendo en una noche como ésas. Seguramente hasta mejor que la “novia de México” Angélica María, quien después de Solís también grabara “Una noche así” y la hiciera popular en México. Porque lo cierto es que con Solís no lo fue. Es más, según los registros, todo indica que estuvo enlatada y no fue sino hasta cinco años después de su grabación que salió al mercado junto con otras diez canciones (en un disco raro donde los haya, pero sin duda de conocedores: ahí hay desde el alegre “Gocemos nuestra vida” hasta el rasgueo de “Voy”, pasando por un casi recitado “El adiós del soldado”, la versión con mariachi de “Infieno y Gloria” y una puntual “¡Ay, cariño!”; y por suerte disponible en digital).
Los autores de “Una noche así” son italianos: Bruno Canfora y Dino Verde; la intérprete original, algo más, es decir, italo-norteamericana: Connie Francis. “Una notte così” se grabó en 1964 y al poco tiempo ya estaba en boca de Solís con la versión en español de Luis Fernando (?) Marval. La ‘cubierta’, sin embargo, resultó mucho muy diferente a aquella que se popularizara con la joven Angélica María, que, al oírla, guarda sólo la distancia del idioma y es en sí una copia de la hecha por Francis. El de Tacubaya se ayudó del mariachi para más bien recubrir (y descubrir) la sorpresa de una noche así.
Las pausas y silabeo describen la particular noche. U-na-no-che-a-sí, subraya Solís, y con ello sin duda logra otra noche: no una italiana en español, sino, solísmente, una de aquellas. ¡Qué va! Esta es la letra:
Una noche así (Canfora, Verde, Marval)
Una noche así,
una noche como ésta,
no he visto yo jamás, jamás,
una noche así.
Una noche así,
una noche como ésta,
no debe terminar jamás,
una noche así.
En la quieta oscuridad
se escucha sin cesar
de besos el rumor;
siento que el cielo es mío,
tan sólo mío,
y allí estás tú, mi amor.
Una noche así,
una noche como ésta,
ya no podré olvidar jamás,
una noche así.
Única resulta esta velada. Insisto, tanto el arreglo como la interpretación son algo más que la versión en español de una canción italiana. (Y ni hablar de la otra versión de Angélica María donde además de la repetición del arreglo hay un gazapo: «se escuchan sin cesar de besos el rumor».) Solís escucha atinadamente el rumor de besos y aun la letra en español no aclare, como la italiana, que “allí estás tú conmigo”, no hay duda de que el canto se da entre gratísima compañía.
Solís dijo que quiso darle al mariachi una elegancia con el bolero. Hizo bien… y más: dio también al bolero la elegancia de su mariachi. Con Javier Solís el bolero se despertó y se encontró en su cama convertido en una excepcional criatura. Unos lo llamaron bolero ranchero; otros, bolero con mariachi; e incluso algunos, bolero arrancherado. Dijeron también que nació con un “Amorcito corazón”. Como sea, cada mañana kafkiana era javiersolista para el bolero. Y para una que otra canción pop: “Una noche así” es (otra) muestra de estos despertares de aquellos.
Vuelvo a la sugerencia del caro lector Duarte: se la agradezco y la cierro con una estampa de Disney, con una postal de Disneyland. No mía, sino del payaso triste. Una postal fechada en noviembre de 1965 que Solís enviara a la señorita Fabiola Siria, su “chaparrita de oro”, su pequeña hija de seis años.

Tomada del Twitter de Renata Chapa y cedida por la nieta de Solís, Avril Siria.
Una entrevista y una canción
julio 6, 2013 § 2 comentarios
Antes que Elvis Presley y quizá al mismo tiempo que Frank Sinatra, Javier Solís hizo también suya la inspiración de Gilbert Bécaud y Pierre Delanoë. “Et maintenant” se escuchó en español gracias a Solís (y a la adaptación de Julio Guiu Clara); las trompetas abrieron la escena y los violines fueron acompañando a Javier en su letanía. “¿Por qué me dejas?” resultó ser el título de la canción: Javier no lo supo durante algún tiempo.
En el primer año de la SOLISMANÍA escuchamos la versión de Solís de ese éxito mundial. Recién ahora puedo oír una entrevista de Solís en Venezuela. Es del año de 1965, Javier está a días de concluír la filmación de “El hombre de la furia” (Orozco, 1966) —conocida también como “Más allá del Orinoco”— y brinda la entrevista a la Radiodifusora de Venezuela en el programa Las mexicanas del set. Llego al audio gracias al javiersolista Alan, y si bien pareciera estar entrecortado, tenemos el gusto de oír por unos minutos a este otro Solís:
Digo otro Solís pues lo comparo con aquél de esa otra entrevista (del año 1962) donde más bien (nos) platicó y contó; casi cinco años después Javier Solís se concentró en responder, «bueno, primero no me has dicho nada de… ¿canciones de todos o mías?», juguetear con el entrevistador, «Amanecí en tus brazos, no en los tuyos, no, en los de una chamaca», y hasta desmentirlo, «nada de que “ágil”, porque me estás diciendo que fui correlón, y no corrí». Estaba contento, a toda máquina, mencionó un par de recientes grabaciones próximas a salir al mercado: “He sabido que te amaba” y otra que, acotó, «en italiano es “Le mantené”, no sé en español, no recuerdo cómo se llama». Gazapo de Solís: se refería a la francesa “Et maintenant”. El tropiezo fue porque “He sabido que te amaba” es la versión en español de la italiana “Ho capito che ti amo”; la francesa sería incluída finalmente en el LP de Payaso (1966) y la italiana, meses antes, en el LP de Sombras (1966).
En aquella nota de 2006 hablé de un “bolero ranchero”: error, lo que escuchamos es una balada setentera en ciernes (madre acaso de tristes y naves del olvido) donde Solís, ¡oh, Javier!, se da el lujo de resumir, con los tonos de su voz, la canción en el último par de versos; también, escribí que tanto la versión en inglés (de Sinatra o Elvis) como la versión en español (de Solís) superaban a la original francesa: gran error, no había visto (ni escuchado) ésta en vivo y a todo color del blanco y negro de su compositor:
[youtube href=»https://www.youtube.com/watch?v=p1H_dMrDUNo]
Al Gilbert lo que es de Bécaud y a Javier lo que es de Solís. «El mantenido», bromeó el entrevistador; «no les digo adiós, sino hasta la próxima», se despidió el entrevistado… «¿Y ahora?», nos mantenemos.
Un bolero samba javiersolista
junio 15, 2013 § 1 comentario
Después de grabarla con mariachi para —según rezó la contraportada— su noveno LP, Solís volvería a cantar, pero con trío, “Nadie me quiere” para —según mis cuentas— su undécima película. La samba-canção de Fernando Lobo y Antônio Maria, hecha éxito en 1952 gracias a la voz de Nora Ney, pasó al bossa nova, con Lúcio Alves, por ejemplo, y regresó a su origen con Solís: primero con mariachi y luego con trío.
Del “Ninguém me ama” al “Nadie me quiere” hay casi diez años. Solís no sabe del tiempo, en ese su disco Javier Solís con Acompañamiento de Mariachi (CBS 1960), el mismo donde incluye su epónimo “El loco”, el de Tacubaya tiene ya un dominio de las posibilidades y bien puede uno decir que está en la madurez de su carrera. El disco resulta tan redondo que fue acaso la suavidad de “Nadie me quiere” lo que la hacer perder protagonismo frente a compañeras como “Escándalo”, “Y”, “Luz y Sombra” y “Ojitos traidores”. Pero de que vale la oída, que ni qué:
Viene entonces la película Un tipo a todo dar (1962) y es ahora el trío Los Montejo lo que ayuda a subrayar la interpretación precisa de Solís. Non plus ultra. La canción vuelve de México a Brasil con otro título, quizá menos amada pero más querida, y qué más da: Solís con trío explicó en qué se parecen el bolero y la samba. Así Solís se adelanta a tristes y hipsters, y no queda sino escuchar:
Envío
A Pati Peñaloza por la selección.