Luz a la sombra de Javier Solís

enero 26, 2014 § Deja un comentario

Hoy se cumplen ocho años de este espacio de solismanía, de la SOLISMANÍA.

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gif cortesía de saraigifs

 

¡Qué va!

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Tras 47 del 66

abril 19, 2013 § Deja un comentario

Es en el final de su carrera cuando Javier Solís encuentra un particular norte volviendo al sur, al sur de los tangos. Él, quien buscó ser el “genial intérprete de tangos” con un Javier en ciernes, un Javier Luquín, se toparía con la luz de unas sombras; después vendrían “Y todavía te quiero”, “Pajarito cantor” y “En esta tarde gris”, todas con mariachi y la última también con orquesta, pero aquél 8 de febrero de 1965 fue de “Sombras… nada más”.

Como mandan los cánones, en plena tarde, sin madrugón y sin desvelo, Solís interpretó y grabó la letra de José María Contursi y música de Francisco Lomuto con los arreglos y dirección de Gustavo A. Santiago. La comparsa, según rezó la etiqueta del disco, corrió a cargo de los mariachis Jalisco de Pepe Villa y Los Mensajeros de J. Isabel Paredes. Desde la Argentina, pues, llegó la canción transgénero: un tango que pasó a ser bolero para llegar a lo ranchero… Para iluminar a Javier.

Salió a la luz con un —guiño lúdico— “Cuando calienta el sol” (de los hermanos Rigual); más tarde, en el aciago 1966, el disco de larga duración (LP) incluiría en el lado A: “Sombras”, “Cada vez (Ogni volta)”, “En mi viejo San Juan”, “Si Dios me quita la vida”, “He sabido que te amaba (Ha capito che ti amo)” y “Renunciación”; en el lado B: “Cuando calienta el sol”, “Retirada”, “Moliendo café”, “Qué va”, “Tu voz (Plus je t’entend’s)” y “Amanecí en tus brazos”. Así de macizo; no por nada en la contraportada se leyó lo siguiente:

Hechos, rostros y lugares que se esfuman en el pensamiento, formas difusas proyectadas en la pantalla del recuerdo; recuerdos desdibujados por el tiempo que se prenden insistentes en el corazón… Sombras nada más… Voz de cálidos matices e inflexiones mórbidas que se diluye en el espacio con sugerencias de pasados y vibraciones de actualidad; voz que traspasa los umbrales del alma, acompañando a las memorias pasadas y presentes; voz que ríe, que llora y que canta, para liberar a la expresión confinada en la lira del talento: voz que vibrando al unísono de la pasión que agita el alma del poeta, revela los más íntimos secretos del amor y la belleza.

Es la voz de Javier Solís, una de aquellas que tienen el timbre de la seducción y cuya expresividad recorre con facilidad toda la gama emocional del sentimiento. En este nuevo LP del gran artista, viene a corroborar sus éxitos anteriores, cantando como no lo había hecho hasta ahora, pues ha grabado estilos tan diferentes de canciones que es proeza admirable el hecho de dar a cada una de las melodías comprendidas aquí, su propia circunscripción destacando cada uno de los estados de ánimo que encierran.

He aquí el disco que esperaban los admiradores del artista sonorense [sic].

En la contraportada hay también una foto de Solís en plena sesión de trabajo. Sin adorno alguno, se le ve metido en su papel; parece estar en ese estudio de grabación, ése su playing field, ahí donde se (la) jugó, donde labró su garganta y la perfeccionó. Antes había ya dado campanazos varios: barnizó sin mácula creaciones de Lara, con y sin mariachi; “El loco” le brindó acaso su primer epónimo; esclavo y amo era ya del bolero ranchero y su entrega total llegaba hasta los valses con banda sinfónica. ¿Qué le faltaba? Sombras… nada más.

A partir de ese febrero de 1965, Solís subrayaría su calidad no solo con todavía una buena cantidad de grabaciones, sino también con sendos proyectos discográficos: Payaso, Y todavía te quiero, Javier Solís con orquesta y el Homenaje a Rafael Hernández y Pedro Flores. Se puede especular y decir que este LP de Sombras tardó un año en prepararse, pues la canción de Luis Demetrio, “Si Dios me quita la vida”, según la biografía de Solís, no se tuvo lista sino hasta la Navidad de 1965. El disco sin duda resultó ser algo más que grises sombras.

Dos años y meses antes de aquella grabación toral, en esa misma ciudad de México, nacía Aída Cuevas (24.09.1962); cuarenta y cinco años después de aquellas sombras javiersolistas, la cantante Aída Cuevas ganaría el Grammy Latino (11ª entrega) en la categoría “Mejor album de tango” con su disco De corazón a corazón… Mariachi Tango (Cuevas 2010), que incluyó, sí, “Sombras… nada más”.

La “reina de la ranchera” —como otrora el “rey del bolero ranchero”— toma un tango y lo cobija bajo el sombrero; devolviendo acaso el favor, en ese su premiado disco regresa las “Sombras” a su lugar de origen con apenas bienvenidos destellos de mariachi. Aída Cuevas —como otrora Javier Solís— se aventura en “nuevos” derroteros y sale premiada.

El tango “Sombras… nada más” le llegó a Solís con una letra distinta en su plena juventud: la original tiene algunas diferencias, Aída Cuevas lo canta manteniendo algunas. La principal, por supuesto, es el título: “Sombras”, a secas, terminan siendo con Javier (pues con Felipe Pirela aún tienen nombre y apellido). Aquí la letra “final” (con la versión original entre paréntesis):

Sombras… nada más (F. Lomuto y J.M. Contursi, 1943)
Quisiera abrir lentamente mis venas,
mi sangre toda verterla* a tus pies (vertirla)
para poderte demostrar
que más no puedo amar
y entonces morir después.
Y sin embargo tus ojos azules,
azul que tiene* el cielo y el mar (tienen)
viven cerrados para mí
sin ver que estoy aquí* (así)
perdido en mi soledad.
¡Sombras… nada más!
acariciando mis manos
¡Sombras… nada más!
en el temblor de mi voz
Pude ser feliz
y estoy en vida muriendo
y entre lágrimas viviendo
el pasaje* más horrendo(s) (los pasajes)
de este drama sin final
¡Sombras… nada más!
entre tu vida y mi vida
¡Sombras… nada más!
entre tu amor y mi amor* (entre mi amor y tu amor)
Qué breve fue tu presencia en mi hastío,
qué tibias fueron tus manos*, tu voz (tu mano y tu voz)
como luciérnaga llegó
tu luz y disipó
las sombras de mi rincón.
Y yo quedé como un duende, temblando
sin el azul de tus ojos de mar
que se han cerrado para mí
sin ver…

De principio a fin Solís mantiene el equilibrio y así, sobre la tendida cuerda, hace brillar su instrumento a fuerza de precisos movimientos. Sereno repasa los endecasílabos (à la italiana, ¿tango al fin?), reconcentrado borda el restante de las estrofas y remata el estribillo y sus octosílabos con una soltura cómplice del aire (y de una segunda con el mariachi), y Javier ahí y así, perdido en su soledad, se encuentra único e inalcanzable. El señor de sombras.

Aquí las “Sombras” de Solís:

Y aquí una versión en vivo donde no queda más que señalar el garbo del genial intérprete del tango Sombras… nada más:

[youtube http://youtu.be/r7hFz1qfFjM]

Hay un detalle, avezado lector, con el que podemos despedir esta nota y recordar, oh luto, este 47º aniversario luctuoso de Javier Solís: el nudo negro en la garganta del cantor. Se trata de una corbata charra ya en desuso, e incluso excepcional para la época de Javier, que a manera de jáquima y simulando un gargantón, Solís solía vestir. Además de ese video, la corbata se puede ver en los otros cuatro que hasta ahora hay disponibles de Javier cantando en vivo (editados todos en el DVD A 40 años… me recordarás)… Y también en una foto que en enero de este año Aída Cuevas mostrara a sus seguidores en Twitter, esta es:

corbata de JS

«Les comparto algo inesperado pero muy valioso para mí, la corbata charra de don Javier Solís. ¡Qué regalazo!», escribió Aída. Inesperado fue también aquel deceso del 19 de abril de 1966: «con el corazón no contaba», explicaría el médico Francisco Zubiria. Amar da drama, lo supo el corazón de Javier y lo contó. Lo cantó. Silos, seria soledad… es seda de los aires Solís.~

Un especial de radio en internet

abril 17, 2013 § Deja un comentario

Hoy miércoles a las 20 hrs de la ciudad de México (UTC -6) se transmitirá un programa especial dedicado a Javier Solís en Black Radio online.

Imagen

Tomen nota, selectos lectores, la emisora es fácil de agarrar, incluso con dispositivos móviles a través de la app Tunein, así que no hay pretexto. Acá el de la tecla andará, desde acá, por ahí, ¡qué va!

Un gallo bien jugado

abril 9, 2013 § Deja un comentario

Siempre me da gusto cuando otros dan a leer esta bitácora: no por mí, por supuesto, sino por Solís. Así se topen con más (de mis) garabatos que “escarabajos hechos notas” en voz de Javier, siempre es bueno que haya gente en este espacio recordando al de Tacubaya. Ay de aquellos que olvidan —o ignoran— a Javier Solís (y demás pléyade), pues estarán condenándose a los refritos. Disfruten pues, criaturas, antes de que sea demasiado tarde.

Así las cosas, decía, ayer 8 de abril la SOLISMANÍA tuvo cabida en la página de animalpolitico.com ¡Qué va! Esta vez no tuve nada que ver (como aquella con el periódico Reforma), me enteré por un tweet de la respectiva página y he aquí las capturas de pantalla de la referencia uno y dos:

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Ver para oír. Es en la sección “Click necesario” donde nos reporta la página y no queda más que agradecer. Bien jugado ese gallo.

Agradezco también sus particulares referencias, sé de algunas en Twitter, por ejemplo, o en la página javiersolista por excelencia, javiersolis.net, y no queda sino seguirle dando… que es gerundio, ¡qué va!~

¿Desde cuándo escribes sobre Javier Solís?

enero 25, 2013 § Deja un comentario

Hace siete años comenzó el intento. Más que escribir, quería hablar de Solís, o mejor dicho: caminar alrededor de su voz y dejar constancia de mis pasos (de mis tropiezos). En aquel enero del 2006 apenas y había un par de páginas dedicadas a Solís en internet. Hoy el número es quizá el mismo pero la calidad, sin duda, es otra. La mejor —nacida meses después de este espacio— es la del javiersolista Jorge L. Cáceres; año con año el javiersolis.net mejora y su creador lo hace una fuente muy segura para ver y oír a Solís. De textos, por otro lado, no había casi nada, apenas un par de notas que, básicamente, recordaban a Javier por algún aniversario luctuoso y lo dibujaban con conocidos trazos biográficos. Los grupos de admiradores compartían, eso sí, sus apuntes y comentarios en el club creado en Yahoo! Groups; aún lo hacen y dejan así constancia de las posibilidades de abordar a Solís. Aquí, hace siete años, quise darme ese chance: bordar por Javier.

Los cómos han sido distintos, desde la reseña de una canción hasta alguna temeraria ficción, pasando por palíndromos y cortinas de humo. Lugares comunes seguramente habrán estado a la orden del día: espero, no obstante, haberlos puesto en orden. Todo para estar alrededor de Javier Solís y no de Gabriel Siria Levario. Su biografía, creo, la he mantenido consciente e inconscientemente al margen. No me han interesado los dimes y diretes de la persona de Solís sino los del personaje. Rescatar el anecdotario javiersolista, meterme tras bambalinas (y no andar hurgando faldas ni pantalones, o trepando árboles genealógicos). Evito, parafraseando al poeta, los líos de masas y misas, y opto por las musas. Por las de Solís, por el intérprete de una pléyade de compositores que, en lo posible, he intentado también aquí darles la mejor cabida.

¿Entender a Javier? Quizá. ¿Pretenderlo? Seguramente. ¿Tenderlo? Sí, eso sobre todo. Esparcir su obra, untar su voz. Bañarme en esas aguas javieristas. Sumergirme, literalmente, en sus interpretaciones. Es la fecha que seguramente apenas y he conseguido el cometido. Me he ayudado de otros, es decir, también he traído aguas y pasiones a este molino, y vaya que la nadada ha resultado. Si bien los comentarios han venido a menos (quiero pensar que la novedad en general de los blogs fue su catalizador), los contados y selectos lectores me han brindado suficiente confianza como para seguir pensando que estas líneas se leen y son de algún interés.

He hablado de líneas: todas lo son por las notas. La voz de Javier se ha escuchado aquí gracias, en gran medida, a mis propios archivos de audio, esto es, que dada la política de Sony Music y la GEMA (la sociedad alemana de derechos de autor), desde Alemania no he podido aprovechar el material audiovisual de YouTube y sus usuarios. Es una lástima (y lastima), ¿qué les hizo Solís? ¿Les gusta cuando calla porque está como ausente?

«Déjame que te hable también con tu silencio», escribió aquél. De mi parte, he procurado hablar claro, sea con lámpara o entre sombras y, ojalá, como anillo al dedo. Simple. De Solís, lo sabemos, tanto su voz como su silencio es de estrella, tan lejanos y sencillos; si está como ausente: unas notas entonces, un qué va que nos baste, y estar alegres, alegres de que no sea cierto.

¡Qué va!

PS. ¿Desde cuándo escuchas a Javier Solís?

4 Años 4

marzo 18, 2010 § Deja un comentario

Y cual celebración, queda formalmente inaugurada la nueva versión de la SOLISMANÍA, publicando ahora en la plataforma de posterous (y manteniendo su dominio: solismania.net).

Son ya cuatro años de estar dándole —mal que bien— a la tecla y hacer de la internet un rincón más para la voz de Javier. Ojalá que guste al preciado lector este nuevo espacio.

Por el momento, además de la imagen, las novedades son: el mejor orden de las notas (vía «tags»); la actualización de sus correspondientes ligas (a videos o páginas web), así como el audio incluído en algunas de ellas (por ejemplo, todas aquellas con el tag «audios»).

El paseo, pues, espero sea mucho más placentero. Bienvenidos.

En Reforma.com

abril 4, 2009 § 1 comentario

El día de ayer veo con sorpresa que en la página güeb principal del periódico mexicano Reforma la SOLISMANIA tuvo cabida. Es decir, que hace unos meses envíe (como parte de mi labor de promoción) la referencia de esta bitácora a la sección «Tu Espacio» del Reforma.com, y así quedó listado entre otros muchos más. Pasa el tiempo y veo que el blog está en primer lugar de su categoría: Música; luego, veo también que está listado entre los recomendados por los editores, en particular por Enrique Villanueva (productor general de Reforma en vivo), y ahora ésta recién aparición en la página principal de dicho diario. ¡Qué va!

Así las cosas, hubo entonces varios selectos lectores que llegaron a este rincón a través de esa referencia en la página: enhorabuena y bienvenidos. Aquí la foto del momento:

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Ahí en su lado izquierdo pueden ver la referida sección y una imagen de nuestro querido blog. Sirva pues ello como aliciente para darle más y mejor a la tecla, y ustedes, selectísimos, a seguir dándose sus vueltas y, por vidita suya, a comentar las notas. Por aquí nos vemos y leemos. ¡Qué va!

A Tres Años… ¡Qué va!

enero 21, 2009 § Deja un comentario

Seguro no tienes mucho que decir u opinar —acaso otras tareas e ideas te entretienen— pero hete ahí que estas líneas se siguen leyendo y otras se siguen escribiendo. Es decir, otros más siguen haciendo aunque tú no. Ahí está JKceres y su excelsa página, o Juloenri y sus destellos; allí los distintos club donde mensaje tras mensaje un grupo de desconocidos conocedores parten y departen; acá esas visitas que día a día llegan, acaso sin querer, y se van, queriendo, con un poco más de lo mucho de Solís. Son los de siempre, pensarás, pero tu mayor deseo es que sean nuevos, los de apenas, los que van llegando. Y, mira tú, que sí puedes tener razón, que aquello que empezó con una idea y que poco a poco fuiste materializando, se cristaliza en detalles como una mención, inmerecida, de algunos. Es decir, que con todo y tus ausencias hay aquellos que además de leerte te nombran. Te dicen que gracias, que sigas compartiendo. Vaya, que no está tan mal.

Entonces sí, taimado, mucho tienes que decir (aun con una simple y sencilla palabra bastará como principio). No hay opción; sobre todo después de leer y ver a gente joven como MASOLIS4U. Éso es lo que querías y quieres. Que en este canal de comunicación, en esta telaraña informática, haya un hilo nítido donde Javier Solís haga lo que mejor supo hacer: cantar y encantar; y que nosotros, tú incluído, guardes silencio para escucharle… o bien hables de su canto, de la música de su voz.

No eres tú, ya lo ves, el que cuentas, son ellos, los selectos lectores —hacedores de la SOLISMANÍA— los que con su paciente lectura y cordial visita dan vida a este espacio. Tú podrás escribir de vez en vez: ellos escuchan a Javier una vez y otra vez. No queda sino decirlo en una sencilla y simple palabra: gracias.

Seduce Solís

febrero 19, 2008 § Deja un comentario

Pues bien, selectos lectores, justo me parece que reflexionemos sobre un asunto de capital importancia: ¿Qué diablos hizo Javier que logró volcar a miles de almas en pos de su voz? (Digo almas y con ello también voces de otros tantos que han vivido en el ingenuo esfuerzo de, dejemos el superar, simplemente alcanzar la altura de Javier.) La respuesta es sencilla, pues si Pedro coqueteaba y Jorge posaba, Javier seducía. Seduce, Solís.

Solís obligó —sedujo— al bolero acostarse con las rancheras. Y no conforme, cogió al tango y lo llevó también al lecho. Todavía más, con su voz se metió hasta entre las faldas de una orquesta o de una banda. ¿Crossover? ¡Qué va! Menesteres más bien de una voz que de tan grande acaba por meterse bajo las sábanas de esos géneros que esperan tan solo la primera oportunidad para entrelazarse y fundirse a besos y dentelladas. Cual amantes.

Así se apersona Javier, así le hace el amor a un bolero, a una ranchera, a un tango. Con su voz. Así también nosotros, selectos lectores: queremos seducir o ser seducidos. Sin coqueteos. Sin poses. Por eso escuchamos a Javier, por eso le seguimos. Es cual faro de nuestras pasiones, de nuestros instintos. Su voz es luz que apenas ilumina cuando, ya entre sombras, nos disponemos a sentir lo más, el todo, lo único… Y ahí, seguirá escuchándose Solís: Seductio ad infinitum.

Por aquí nos vemos y leemos; ¡qué va!

PS. ¿Qué tal les fue de San Valentín?

Usted no sirve para nada

marzo 27, 2007 § 1 comentario

Mucha de la ausencia de líneas en este blog tiene que ver, obvio, con mis lides personales. Sin embargo, hoy me aprovecho de él (el blog) para exorcizar demonios y así junto con Solís echar pa’lante. Yo me entiendo. Ustedes, selectos lectores, nomás tengan paciencia y mejor déjense venir con comentarios que siempre, ya saben, son bienvenidos en cualquiera de los posts que la SOLISMANIA ha logrado.

Les decía que Javier, como todos, lidió y recibió reveses. Uno, acaso el más importante, fue aquel comentario duro y directo: «usted no sirve para nada». Esto fue cuando pensó que la carrera de cantante era lo suyo, es decir, cuando daba sus primeros pasos como, diría él, cancionero, y pretendía grabar ya algún material discográfico. Ésa fue la respuesta. Ése fue su fracaso. Ahora lo recuerdo y si bien no soy ni seré Solís, sí que como él y tantos más que optaron por seguir adelante, me hago de fuerzas (parcho el alma rota) y sigo cantando e intentando.

Aquella vez de su intento de grabación, tras el golpe recibido, Javier recordó a un amigo que le dijo «del fracaso no se deriva el desaliento, sino un nuevo motivo para la esperanza»; el resto es historia. Yo recuerdo y escucho a Javier y sus interpretaciones: aliento sonoro y parte motivacional de mis esperanzas. ¡Qué va!

Por aquí nos vemos y leemos.

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